La euforia y la algarabía, acompañados de gritos, escándalos,ruido, alcohol, y porsupuesto el baile, es lo que ha vuelto a las calles de Barcelona, esteverano. Una treintena de veinteañeros,en su mayoría turistas, hacen de su noche, toda una fiesta. Sin importar los inconvenientes que puedanocasionarle a los vecinos de Ciutat Vella. Se la pasan de bar en bar, de disco en disco. El hobby más divertido deestos chicos, sin duda, es el alcohol. La madrugada de los habitantes de lazona, se ha vuelto un insomnio, puesto que, la borrachera de los jóvenes, noles deja conciliar el sueño. A pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido las "rutas etílicas" desde el año pasado, los chavales han hecho caso omiso.