La zona va recuperando poco a poco la calma, pero seguimos encontrando historias que hablan de solidaridad en esos primeros momentos de angustia. Por ejemplo, la de los sanitarios y bomberos que, aún estado fuera de servicio, quisieron echar una mano y acudieron a la zona de la catástrofe. Abandonaron sus vacaciones, suspendieron huelgas y acudieron en masa a ofrecer sus manos expertas. Un esfuerzo decisivo para controlar una de las mayores tragedias de la historia de Galicia. Por cada herido, dos enfermeras y un médico. Muchos se desplazaron a la zona cero. Allí, junto a emergencias y bomberos daban respuesta inmediata a las víctimas. Porque por muchos años de urgencias. Nadie espera una fatalidad como esta.