Realizaba el camino de Santiago por sexta vez. El tren no entraba en sus planes. Pero conoció a Óscar. Juntos, decidieron adelantar su viaje para ver los Fuegos Artificiales de Santiago. Tras el descarrilamiento, Cristóbal recibió una fuerte contusión en la cabeza. Aún así, no dudó en ayudar a las víctimas. Sacó a varios heridos del vagón. Asegura que hizo lo que tenía que hacer y solo se arrepiente de no haber podido salvar a más personas. Hoy ha recibido el alta pero las heridas psicológicas no se curarán tan rápido. Nada más abandonar el hospital ha acudido a la catedral de Santiago para cumplir el objetivo principal de su viaje, visitar al apóstol. Tres personas han recibido el alta hoy. 66 continúan hospitalizadas, de las que15 siguen en estado crítico.