Son monedas verdaderas, pero no de curso legal en la zona euro sino en el extranjero. Es el caso de la moneda de los 5 pesos dominicanos, los 1000 bahts tailandeses o de un bolívar venezolano. La semejanza es tal que es muy fácil colárselas a comerciantes, o incluso a máquinas como parquímetros. El caso del bolívar venezolano es el que más se parece: mismo tamaño, mismos colores y hasta los dos tienen una cara; sin embargo, el venezolano solo vale 0,18 veces el valor del europeo. Las autoridades avisan de estas semejanzas y alertan a los comerciantes para que tengan cuidado.