Se busca comprador para aeropuerto fantasma en Ciudad Real. Mientras estuvo abierto, las limpiadoras no sabían qué limpiar, los taxistas nunca llevaban a nadie y todos los vecinos se preguntaban lo mismo: dónde estaban los aviones. Y claro un aeropuerto sin aviones es un negocio ruinoso. Ha dejado una deuda de más de 500 millones de euros. Por eso sale a subasta, para tapar el agujero. El problema es que se liquida a precio de ganga, a sólo 100 millones, apenas un 10 por ciento de lo que costó. Es menos de lo que podría salirle al Real Madrid el fichaje de Gareth Bale. Pero no sólo Ciudad Real intenta vender su aeropuerto. Lo mismo ocurre en Castellón. Inaugurado sin aviones, así se quedó. Carlos Fabra llegó incluso a anunciar que ya tenía comprador, pero el supuesto fondo hispanolibio que iba a adquirirlo se ha esfumado. Costó 155 millones. El aeropuerto privado de Murcia lleva un año construido, sin inaugurar. La deuda asciende ya a 200 millones. Teruel existe y también tiene aeropuerto. Ayer vieron por fin el primer avion. Logroño, Huesca o Lleida son otros ejemplos de la España del despilfarro de altos vuelos.
