En apenas seis meses, Tarcisio Bertone ha pasado de sellar la puerta del apartamento del anterior pontífice, a ver cómo se le cierran ahora a él mismo las de la secretaría de Estado del Vaticano. El papa Francisco lo destituye siete años después de que fuese nombrado para este cargo por Benedicto XVI. Puesto de confianza, como número dos y mano derecha del pontífice que ahora recae en alguien con más experiencia internacional y más cercano al mensaje aperturista y rompedor de Bergoglio. El italiano y actual nuncio de Caracas, Pietro Parolin. El más joven eso sí en este puesto, con 58 años de edad. Un cambio de mando que se hará efectivo el próximo 15 de octubre pero que no implicará de momento un traspaso total de poderes con Bertone, que se ha visto salpicado por los documentos de 'Vatileaks' que lo sitúan como protagonista de un lobby de poder en la Santa Sede. Aún así, para muchos expertos este movimiento del papa Francisco busca una profunda remodelación de la curia romana. Como la que trata de demostrar él mismo con su discurso y con su cercanía, imágenes y palabras inéditas hasta ahora en un papa.
