El aspecto de la campa de Rodiezmo (León) en el primer domingo de septiembre es desolador. Completamente vacía. El desánimo en el sector minero y los problemas internos y económicos de la UGT en Asturias, agravados por la salida de su líder, José Ángel Fernández Villa, ha llevado a que no se convoque esta cita clásica para los socialistas, que aprovechaban esta tradicional fiesta minera para dar comienzo a su curso político. Desde 1979, Rodiezmo ha sido sinónimo de fiesta reivindicativa, de confraternización de mineros asturianos y leoneses. SOMA-FITAG-UGT llegó a reunir cada año a 35000 personas y los dirigentes del PSOE no se perdían la invitación. Sobre todo, Alfonso Guerra. José Luis Rodríguez Zapatero hizo también propia esta fiesta en cuanto llegó a la secretaría general del PSOE. El Zapatero más idealista se sentía cómodo entre sus correligionarios más combativos. Y ni siquiera la final de un mundial de baloncesto le hizo perderse la convocatoria... Fue, sin duda, el punto álgido, los años felices, el puño en alto. En 2009 fue la última intervención de Zapatero allí, su últimas promesas de inicio de curso político: más becas y mejora del poder adquisitivo de las pensiones mínimas. Para 2010, UGT ya le había convocado una huelga general. Y tras perder las elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba no tomó el relevo. Prefirió asistir a la precampaña gallega e iniciar su curso político una semana después, con un corriente comité federal. Este año, en la misma línea, será este lunes con la reunión de su ejecutiva.