La Guardia Civil ha detenido a diez personas, les ha intervenido dos embarcaciones de más de 24 metros de eslora y una gran cantidad de objetos subacuáticos. Los caza tesoros profesionales obtenían información de los restos de naves naufragadas a través de pescadores que conocían su ubicación. La red actuaba en las costas de Barcelona, Gerona y Baleares.