Con la llegada del otoño se despierta el instinto reproductor de los venaos y los bramidos de los machos se propagan por los montes asturianos.Todo un recital, que este año viene retrasado a causa de las pocas lluvias.Eso sí, para poder escucharlo hay que acercarse a los montes o bien al amanecer o al atardecer.Cada vez son más los turistas que se interesan por este ritual. Un grupo discurre por la montaña para intentar localizar algún animal.Es complicado localizar a los animales, están a gran distancia. Aquí se encuentra uno en la cima, en el centro de la imagen. Unos prismáticos ayudan a ver perfectamente a los animales.Ha sido un largo camino pero todos coinciden en que mereció la pena. Logrado esto solo queda disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.