Con rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora la habilidad de los pilotos se hace evidente con estas imágenes. Es el aeropuerto de Bilbao, donde el fuerte viento ha obligado a realizar complicadas maniobras a la hora de tomar tierra. Los pilotos han mostrado su destreza con pulso firme. Los pasajeros solo podían agarrarse al asiento y esperar que el mal trago se pasase.