La luz para un negocio es como el oxígeno para la vida, imprescindible. Bajar la factura cuando todo, todo, todo es eléctrico es imposible. Parte de lo que cuesta ese arreglo del coche, o el aperitivo a mediodía depende del precio de la energía porque con facturas de luz de casi 200 euros al mes, muchos comerciantes aseguran que tendrán que asumir el incremento de la factura porque de lo que no pueden prescindir es de la electricidad. Trasladar el dinero al cliente es difícil en estos tiempos por lo que muchas veces la subida de la luz acaba perjudicando al empleo. Con la subida del coste de la energía en algunos negocios aseguran que la factura llega a suponer lo mismo que contratar a un trabajador.Se trata de un producto de que empieza a convertirse en artículo de lujo en algunas empresas. En una tienda que vende precisamente eso, luz, han tenido que apagarlas para reducir una factura que llegaba a los 2.000 euros al mes.En cuanto a los hogares un dato: en el presupuesto familiar nos vamos pareciendo más a los nórdicos, gastamos más en energía que en bares.