Antonio Domínguez trabaja en una gasolinera de Guillena desde hace 20 años. La semana pasada un británico que conducía una autocaravana lo atropelló y quedó tirado en el suelo. Antonio se puso delante de la autocaravana para evitar que el hombre se fuera sin pagar los 50 euros de gasolina que había echado. Al conductor no le importo verlo allí delante, aceleró y lo arroyó. Antonio quedó allí tirado en el suelo, mientras sus compañeros y los testigos le socorrían. Todo esto ocurrió el jueves. La Guardia Civil lo detuvo el viernes y el sábado pasó a disposición judicial. Sólo se le imputa un delito de lesiones. Para Antonio, que aún está en el hospital con un coágulo, esto es poco. Dice que contratará a un abogado.. y que luchará para que esta persona británica pague por lo que hizo. Para sus compañeros de trabajo también es poco. Ellos opinan que las imágenes hablan por sí solas. Que lo vio perfectamente, que lo arroyó sabiendo que estaba delante, y que después se dio a la fuga. Según Juan Antonio Gullón, compañero del herido y también testigo de lo sucedido, por lo menos habría que imputarle homicidio en grado de tentativa y omisión del deber de socorro.