El adjetivo terrible se queda corto al hablar de un caso que se juzgó ayer en Londres. Ante el juez se sentaban una chica y su novio acusados de matar a su hermano pequeño de la forma más cruel. Era tal el sufrimiento que el niño pidió morir.Bikubi tenía 15 años vivía en París y llegó a a Londres a pasar unos días junto a su hermana. Pero tanto ella como su novio se convirtieron en su peor pesadilla. La joven le acusaba de brujería. Le impedía comer, beber y dormir, pero éso no fue lo peor.En su habitación quedar rastros del horror. Allí recibía palizas, cada vez peores. Hasta 130 heridas presentaba en su cuerpo. Golpes propinados con barras, martillos y tijeras. Tiempo en el que llegó a llamar a sus padres, pero no pensaron que fuera importante. Y al final acabó ahogado en la bañera.Ayer un tribunal declaró a la pareja culpables. El lunes se conocerá la pena, posiblemente cadena perpetua por cometer tan cruel crimen.