Los padres no daban crédito a lo que había pasado. Salían de la reunión informativa a la que les habían citado los responsables del centro. Entre los padres, alguna que otra cara conocida. Un colegio laico, privado, con una deuda de cerca de un millón de euros con la seguridad social. Les han dejado sin mobiliario, sin teléfonos, Estudian acciones legales, porque quieren que sus hijos continuen en este colegio, o por lo menos, que sus hijos terminen el curso en él.