Según explican los vecinos, eran una pareja normal. Rosario, de 55 años, se mostraba contenta porque su marido le ayudaba en las tareas de casa, mientras ella se recuperaba de una operación de espalda. Esta madrugada, su hijo Adrián, de 18 años, la encontraba muerta, cosida a puñaladas, al volver a casa.