Las enormes llamas que emrgían de la fábrica, situada en Bengbu, podían ser vistas desde una decena de kilómetros. La primera explosión, cuya causas aún se están investigando, se produjo a las once de la noche del domingo. Diecisiete camiones de bomberos y ciento cincuenta hombres llegaron para sofocar el incendio. Los cincuenta trabajadores de la planta química fueron evacuados, así como los residentes en los alrededores. Cuatro horas después, los bomberos lograron cobntrolar el fuego. La planta produce clorobenceno, un producto inflamable y peligroso para los humanos. Afecta, sobre todo, a la piel y al sistema nervioso. El departamenteo de protección medioambiental de la zona examina si se ha producido algún escape.