El pueblo de Egipto se mantiene a la espera de conocer el resultado de las elecciones que definirán al sucesor del ex presidente Hosni Mubarak, que se debate entre la vida y la muerte en estado de coma en un hospital de la capital. Esta situación se prolongará unos días más, dado que la junta electoral ha aplazado los resultados hasta estudiar las impugnaciones presentadas por varios de los candidatos.Mientras tanto, multitud de ciudadanos se han reunido en la plaza de Tahrir para continuar con las protestas contra la disolución del Parlamento y la actitud de las Fuerzas Armadas y la Junta Militar egipcia, que por propia voluntad decidió asumir el poder legislativo en lo que los primeros consideran un acto similar a un "golpe de Estado" que roba parte de la legitimidad que debe recaer en el pueblo.