Con aplausos, así se ha vivido el aterrizaje del Curiosity en Marte en las instalaciones del Centro Nacional de Astrobiología en Torrejón de Ardoz, en Madrid. Y es que en la nave que ahora se ha posado en el planeta rojo viaja también tecnología española.Por eso, en el acto de llegada del robot, se recordaba a los investigadores que este es sólo el principio de un trabajo que va a durar dos años.Los sensores "made in Spain" del Curiosity se llaman REMS y son, algo así, como la piel del Rover. Javier Martín Soler, ingeniero del MSL REMS, nos cuenta que los sensores desarrollados en España se encargan de decirle al vehiculo cuales son las condiciones del tiempo en el planeta, si hace frio o calor o cuales son los niveles de radiación ultravioleta en la superficie.Se trata de datos muy importantes también para la posible llegada de na misión tripulada a Marte ya que conocer estos datos es vital para el diseño de los trajes y la tecnología necesarias para la seguridad de la tripulación en un entorno tan hostil como el marciano.Isaias Carrasco, miembro del equipo MSL REMS, afirma que el éxito alcanzado hoy es vital para que sigamos emocionandonos con nuevos descubrimientos pero, también, para pensar en nuevas misiones.Ahora queda esperar a que este robot curioso encuentre respuestas a la evolución del planeta rojo y quizá, halle evidencias de la existencia de vida en algún momento de su historia.