China ha ejecutado este miércoles a tres filipinos condenados a muerte por tráfico de drogas. Pekín ha desoído todas las peticiones de clemencia de los reos, acusados de introducir varios kilos de heroína en el país en el año 2008. El gobierno filipino intentó hasta ayer negociar para mantener vivos a sus ciudadanos, recabando más pruebas destinadas a demostrar su inocencia. Sin embargo, no ha podido evitar su ejecución, que ha sumido en el dolor a sus familiares. La legislación China castiga con la muerte el tráfico de, al menos, 50 gramos de droga.