Cadena perpetua para el ex dictador argentino Reynaldo Bignone por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su régimen hace 30 años. Así lo ha decidido un tribunal del país. La misma pena les ha caído a varios militares que colaboraron con él en el poder. Alegría tras oír cada sentencia. Ni la juez puede controlar la euforia.  La emoción no cesa porque a Reynaldo Bignone se le considera culpable de crímenes de lesa humanidad, culpable de homicidios, de allanamientos ilegales, de privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos a decenas de víctimas. Y su condena no acaba aquí. Desde febrero se enfrenta a otro juicio. Junto a otros seis acusados se le imputan 35 casos de robo de bebés y entregados en adopciones ilegales. Casos con final feliz para algunos porque también algunos consiguieron recuperar lo que la dictadura ocultó, el cuerpo de uno de sus 30.000 desaparecidos.