Osama Bin Laden ha sido en los últimos años la peor pesadilla de EEUU,  por una trayectoria cuyo hecho más abominable fue el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de Septiembre de 2011. El terrorista número 1 de la Comunidad Internacional nació en Arabia Saudí en 1957 en el seno de una familia rica dedicada a negocios de la construcción e integrada por  más de 50 hermanos. Bin Laden se graduó en Religión y Ciencias Económicas en la Universidad Rey Abdul Aziz. En 1957 se unió a la resistencia afgana contra la invasión soviética, siendo adiestrado por la CIA, que más tarde fue incapaz de pararle los pies. Según EEUU su trayectoria se asemeja a la de un héroe que se convierte en villano, un giro que comenzó en 1980 cuando fundó Al Qaeda, una organización que con los años comenzó a atentar contra los intereses de Estados Unidos y sus aliados. Tras finalizar la guerra contra los soviéticos, Bin Laden lucha por la liberación afgana, un objetivo que convierte en su propia yihad personal. En 1991, Arabia Saudí apoyó a EEUU en la Guerra del Golfo y el creador del frente islámico es expulsado de su país, acusado de desarrollar actividades antigubernamentales, tras lo cual se exilia a Sudán, que cinco años más tarde también ordena su expulsión. Con el tiempo, Bin Laden se convierte en la cabeza visible del movimiento antioccidental al que se le atribuyen los atentados de las torres gemelas de 1993, donde cinco personas perdieron la vida. El 23 de febrero de 1998, junto a radicales de Pakistán, Egipto y Bangladesh, el líder de Al Qaeda proclama la Guerra Santa contra judíos y tropas americanas en Arabia Saudí, y medio años después EEUU le acusa de las explosiones con coche bomba que tuvieron luchar en sus embajadas de Keni ay Tanzania. De acuerdo con su interpretación ultra-ortodoxa del Islam suní, Osama Bin Laden, consideraba que matar a norteamericanos y sus aliados, civiles y militares, era un debe de todo musulmán. Bin Laden, que tenía 52 años, cuatro esposas y quince hijos, no ha querido renunciar en todo este tiempo a unos principios que considera legítimos e inquebrantables.