Salida y entrada a Vitoria por la nacional, dos radares camuflados entre vegetación fotografían a todo aquel conductor que circule a más de 50, en teoría, en la práctica, solo si activa y multa si se rebasan los 60 o 65, unos kilómetros por encima de lo estipulado. Y es que estos aparatos funcionan con un margen de error, algo conocido por casi todos lo conductores. Pero ahora se ajustan los límites al máximo para que los radares salten antes en vías de peligrosidad alta o con mucho flujo de vehículos, una medida conflictiva que pretende reducir la siniestralidad. Esta medida se aplicará a los 70 radares tanto fijos como móviles repartidos por la red viaria vasca.