Pilar, María y Loli son tres abuelas cordobesas que querían hacer algo con su tiempo libre. Les gustan las manualidades pero tenían claro que no querían talleres de cerámica o de ganchillo. Y han encontrado otra opción: han cogido un bote de spray para pintar grafitis en las paredes. El ejercicio ha consistido en hacer un retrato de ellas mismas, y, después de eso, algunas han cogido carrerilla y ya piensan en pintar las paredes de su casa. Y aunque hayn quien no encuentra mucha comprensión en su pareja, no pasa lo mismo con sus hijos que son los que más admiran su nueva afición.