Un padre ha tenido encerrado a su hijo durante dos meses en una especie de caja de madera por haber hecho una llamada telefónica. El joven de 21 años no ha salido ni para ir al baño. Su problema ha sido usar el teléfono. La familia es canadiense pero vive en Bolivia y pertenece a una comunidad que prohíbe el uso de las nuevas tecnologías.