El movimiento de los indignados se extiende como la pólvora por Estados Unidos. Anoche sus quejas llegaron a la capital, a Washington, en una multitudinaria manifestación. "Que paguen las empresas, no a los recortes" es el grito desafiante de la sociedad civil estadounidense contra los excesos del sistema financiero.  Los indignados ya están a pocos metros de la Casa Blanca y planean ocupar el Capitolio y el Pentágono.Surgió como un movimiento de apenas un centenar de personas en Nueva York, bajo el lema "Ocupa Wall Street" y está tomando cuerpo en todo el país. Son conscientes de que están removiendo a la clase política.Mientras, el presidente Obama, desde China, se ha mostrado comprensivo con sus demandas. Asegura que este movimiento "refleja la frustración" del pueblo norteamericano. El vicepresidente Biden, sin embargo, cree que las protestas tienen mucho en común con el Tea Party.Obama sigue culpando a Europa de los males que ahora sufre Estados Unidos y pone todas sus esperanzas en los planes de acción que concrete el G-20.