En Turquía, los equipos de rescate trabajan a contrarreloj tras el terremoto de 7,2 grados que sufrió ayer el país.Por el momento son más de 200 las personas que han perdido la vida y un millar están heridas. Una cifra que muchos creen que aumentará debido a la cantidad de edificios que se han desplomado.Con la noche, no llegaba la calma. Entre los amasijos de hierros y cemento la búsqueda continuaba. Sin suminsitro eléctrico han intentado ver o escuchar a alguno de los supervivientes. Los turcos han participado en el salvamento y en el traslado de heridos. Hasta los coches particulares se han conviertido en improvisadas ambulancias. Entre ellos, llegaba de noche el primer ministro turco. Erdogan contemplaba atónito los efectos del desastre. Los hospitales se han instalado en jardines y calles. Las sacudidas se han repetido en ciudades como Van, epicentro del seísmo. La zona es una de las más pobres del país, cercana a la frontera con Irán, en la que hace 35 años sufrió una tragedia similar. En aquella ocasión, un terremoto provocó más de 5.000 muertos.