En la localidad de Salt, en Girona, algunos comerciantes, hartos de los continuos robos en sus negocios, han decidido proteger sus productos. Por ejemplo en una tienda de televisores se puede ver cómo las tienen atadas con cadenas. Los comerciantes están cansados de los rodos y tienen tanto miedo que no quieren ni dar la cara. Viven pendientes de su negocio día y noche.