A pocos días de Navidad, en la Plaza Mayor de Madrid, ya se respira el ambiente navideño. Son muchos los que se acercan a los puestos para comprar todo tipo de complementos divertidos y festivos de estas fechas tan señaladas.Atrás quedan los gorros de Papa Noel y cada vez son más frecuentes cualquier tipo de gorro, que cuanto más estrafalario sea, mejor. Aquí no existe el sentido del ridículo, sino llamar la atención se convierte en el objetivo. Pelucas de todos los colores, gorros con cabeza de reno, caretas, pestañas de colores postizas, gorritos en forma de chimenea, y de setas, "todo el mundo me pregunta que dónde me las he comprado", cuenta una mujer con unas pestañas postizas de colores y una peluca. Otros a pesar de lucir en su cabeza un gorro de reno explican entre risas, "yo que voy buscando un novio, ¿crees que así voy a encontrar alguno?". Sin embargo hay personas que le buscan cierta utilidad a estos disfraces, "ya nos podemos perder por toda la plaza que así nos vemos". Mientras que otros se colocan una peluca con rastas para contentar a sus seres queridos, "esto no me gusta, lo hago por mi padre".Un agradable ambiente, en el que ya se respira el espíritu navideño en el que este tipo de complementos están al orden del día y en el que el factor ridículo, no existe.