El terremoto en Haití dejó los productos de los supermercados por los suelos, pero no sus precios: ahora los establecimientos han reabierto sus puertas. Es una imagen que indica que Haití, aunque muy lentamente, intenta recuperar su normalidad. Los medios de transporte también empiezan a operar, y muchas oficinas se abren al público. Una avalancha de ciudadanos trata de recuperar el tiempo perdido, pero se enfrenta a una burocracia aún más lenta y complicada.