Tras una larga negociación de 16 horas, esta madrugada el gobierno holandés ha anunciado su dimisión en bloque. Se trata de la crónica de una muerte anunciada: un desencuentro ya previsto entre los principales partidos del gobierno sobre la duración de la misión holandesa en Afganistán. Laboristas y democristianos debatían ayer la exigencia de la OTAN de ampliar un año más la presencia de los 1600 soldados que Holanda tiene desplegados en el sur del país. El rechazo por parte de los laboristas ha quebrado la confianza mutua entre los partidos: El primer ministro, abatido y agotado, salía a las 5 de la mañana en rueda de prensa, para anunciar las diferencias irreconciliables entre los partidos de la coalición. Jan Peter Balkenende comunicara hoy la decisión a la reina Beatriz y para mayo se convocaran elecciones.