En Kirguizistán, una ex-república soviética limítrofe con China, las protestas de la oposición han conseguido derrocar al presidente, Kurmanbek Bakiyev. Anoche el edificio del Fiscal General fue quemado tras ser saqueado. Lo mismo ocurrió en el Parlamento y en la residencia del presidente, que parece haber huido al sur del país. Las multitudinarias y violentas protestas contra Bakiyev, por su nepotismo y corrupción, han propiciado su caída.