Polonia llora, conmocionada, a sus muertos. Un millón de personas han tomado el centro de Varsovia para despedir a los 96 fallecidos en el accidente aéreo de hace una semana, incluido su presidente. Los retratos de todas las víctimas de la tragedia, miembros de la élite polaca, presiden la ceremonia, que comenzaba con el sonido de las sirenas justo a la misma hora en la que se estrelló el avión. El caos aéreo que ha provocado una nube de ceniza volcánica en Islandia podría impedir asistir al funeral del presidente a muchos de los que en un principio confirmaron su asistencia. Ya ha sido así con el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha cancelado su viaje a Polonia.