Estados Unidos y Rusia han zanjado el sorprendente caso de espionaje que enturbia sus relaciones con un intercambio de agentes secretos. Esta misma noche los diez espías rusos detenidos en Nueva York subían al avión que les deportará a Rusia. Todos se han declarado culpables ante un tribunal. Se trata del mayor canje de espías desde el fin de la Guerra Fría.