Se cumplen seis días desde que se iniciase el incendio forestal en las cercanías del pueblo berciano de Mosteirós, en León, y las llamas se han llevado ya por delante más de 1.300 hectáreas de monte bajo, matas de roble y pinos jóvenes. Y todavía no está sofocado. Al parecer el viento de la zona está complicando mucho las tareas de extinción. Además, la difícil orografía del terreno, con laderas muy pronunciadas hace prácticamente imposible introducir a las brigadas terrestres. La Guardia Civil detuvo ayer en Ponferrada al presunto autor del incendio, quien ha confesado que causó el fuego por una imprudencia cuando paseaba por el campo y se le cayó al suelo un objeto con fuego procedente de la pipa que fumaba.