Sindicalista hasta el final, desde su modesta casa de Carabanchel Marcelino Camacho nos enseñaba su primer carnet de afiliado y el del sindicato CC.OO que él mismo fundó. Marcelino ha sido ante todo un espìritu indomable. No le doblegaron los 14 años que pasó entre cárceles y campos de concentración, ni tampoco su lucha por el poder en Comisiones que perdió en 1987. Siempre a pie de calle, con los trabajadores, con los estudiantes. Marcelino ha participado en los momentos más importantes de la reciente historia de España. Las primeras elecciones democráticas o la legalización del Partido Comunista del que fue diputado. Acompañado siempre de sus míticos jerseys de cuello vuelto que le cosía su mujer. Qué actuales estas palabras dichas hace una década. Él organizó la primera huelga general contra Felipe González. Siempre en primera línea hasta que el alzeimer le recluyó en su casa.