Akira Kurosawa imaginó una de las escenas de su película los sueños, y de esa misma manera lo plasmó en el celuloide. Mucho antes de dedicarse al cine, el genial director japonés quiso ser pintor. Y esta afición le ayudó a vender sus proyectos.Kurosawa no tenía pretensiones artísticas, en sus story boards quería mostrar la belleza de las escenas que luego rodaría. Pero sus vistosos y coloridos dibujos trasmiten las emociones de sus personajes, la luz de la escena. Tras su muerte se han convertido hoy en revalorizadas obras de arte. Cineasta, pintor, compositor, Kurosawa fue un creador completo.Coincidiendo el centenario de su nacimiento, por primera vez se exhiben en España 120 de sus mejores bocetos. No faltan los carteles de su cinematografía y fragmentos de sus películas. La Alhóndiga bilbaína organiza también conferencias y talleres en torno a uno de los maestros del cine del siglo XX.