El puente de la Peineta de Valencia, con una altura de 15 metros, se ha convertido en todo un reto para los jóvenes. Son capaces de cruzarlo a gatas, corriendo o incluso en monopatín, arriesgando la vida en el intento. La Policía no dispone de muchos métodos para castigar a los temerarios, que se exponen a una falta por daño al patrimonio o a una sanción por circular por un espacio no permitido. Sólo se lleva delante del juez a los menores de edad para tomarles declaración y poner el hecho en conocimiento de sus padres.