El octavo presidente de Israel, Moshé Katsav, ya es oficialmente un violador que pagará sus delitos en la cárcel. El Tribunal de Tel Aviv le ha condenado por violación y otros delitos sexuales contra varias empleadas en el Ministerio de Turismo y la sede de la presidencia. El juicio ha durado casi un año y la mayor parte se ha celebrado a puerta cerrada. La sentencia definitiva podría contemplar hasta 16 años de prisión para el primer líder del país envuelto en este tipo de delitos.