Ausencio, de 53 años, con mujer y tres hijos, llevaba una vida normal hasta que a su empresa de reformas integrales se le acumularon las deudas. Los 80.000 euros que robó los destinó a pagar a sus acreedores. Su detención fue difícil, inspirado en una serie de televisión, actuaba como el famoso solitario, disfrazado y meticulosamente.