Pablo es un niño que tiene una de las denominas enfermedades "raras", la galactosemia. Su organismo es incapaz de metabolizar el azúcar simple presente en todos los lácteos. Por ello toda precaución es poca, en los pasillos y las puertas de clase un cartel indica la prohibición de introducir en el centro comida del exterior. En el comedor la escuela prepara una comida especial para el pequeño y vigila que no tenga acceso a ningún alimento que pueda hacerle daño. Sin embargo, las precauciones van más allá, el centro sustituyó el material escolar que utilizaba ya que muchas ceras y pinturas contienen galactosa. Si el pequeño se las lleva a la boca puede provocarle a medio plazo graves lesiones físicas y retraso mental.