En Galicia la campaña se vuelve "rastrera" y "sucia", en palabras del candidato nacionalista, Antxo Quintana, que ayer cumplía 50 años, al tiempo que los populares le acusaban de fotografiarse con un constructor que recibió contratos millonarios de la Xunta. Los populares cargan cañón y disparan porque no quieren que el gobierno gallego vuelva a escapárseles de las manos. Mientras Touriño tiende la mano contra la crisis. Misma incertidumbre la de los nacionalistas vascos que emplazan a Patxi López a que diga si respetará la lista más votada. Temen que el domingo se produzca el vuelco y por eso apelan a la movilización. El popular Basagoiti llegaba tarde al mitín pero a tiempo de pedir el voto para que si ganan los socialistas tengan que contar con ellos. En Euskadi el PP no llena estadios como en Galicia y las pocas esperanzas que les dan las encuestas no les desaniman. Faltan cuatro días y unos y otros echan el resto.