Natural de Ordicia y a punto de cumplir los 30 años, Ekaitz Sirvent Auzmendi, alias Txori Zarra, huyó de su domicilio en septiembre de 2002, al desarticularse el comando Zelatun. A este también pertenecía Aitzol Iriondo, capturado en diciembre, el tercer gran golpe directo a la cúpula de ETA el año pasado. Iriondo, presuntamente, acababa de sustituir a Txeroki, detenido en noviembre, tan sólo seis meses después del arresto de Thierry, el considerado número 1. Ekaitz, tempestad en euskera, llegó ayer mismo a París procedente de Burdeos. Obsesionado con la seguridad, intentaba evitar la presión policial en el sur de Francia. Presumiblemente será juzgado allí, porque portaba documentación falsa y una pistola que intentó usar. Pero la magnun 357 no es lo más jugoso de lo que se le ha intervenido. También llevaba encima un ordenador portátil, varios discos duros y hasta ocho memorias pendrive. Si se llega a descifrar, difícil pero no imposible, los investigadores contarán, seguramente, con una información valiosísima. Según la Policía, Sirvent Auzmendi era desde hace un año el responsable de las falsificaciones de la banda. Acudía periódicamente a París para adquirir documentos de identidad y placas de las fuerzas de seguridad. Ahora en el logístico, antes en el aparato político, en el que empezó cobrando el impuesto revolucionario con Ainhoa Ozaeta, detenida junto Thierry. Según Interior, además de Iriondo, era muy amigo de Txeroki. Con experiencia y bien relacionado, se le sitúa como uno de los cinco miembros de la cúpula etarra, por lo que lo más normal es que de sus archivos salga toda la estructura actual de una banda muy peligrosa pero cada vez más mermada. Sólo en 2009 ya son 20, 5 en Francia, los detenidos, 106 si sumamos los del año pasado y 194 si añadimos la kale borroka.