Un raro diamante azul se ha convertido en la piedra preciosa más cara del mundo vendida en una subasta. Casi siete millones de euros ha pagado por él un comprador anónimo, que ahora tendrá el privilegio de ponerle un nombre. La piedra, que fue hallada en Sudáfrica el año pasado, pesa cerca de siete quilates y mide algo menos que una moneda de céntimo de euro.