Rubén asegura que estaba enfadado e indignado por la falta de respeto con que le trataron los agentes. Asegura que en ningún momento insultó ni agredió a ninguno de ellos. a versión de los Mossos d'Esqudra es distinta. Aseguran que nada más entrar Rubén les lanzó una patada. Estaba muy agresivo y por eso respondieron con fuerza para reducirle. Ya en el suelo, esposado de pies y manos y con un casco que le cubría la cabeza, los agentes y el propio Rubén aseguran que no le golpearon más y le sacaron de la sala a peso. Se les acusa también de manipular el atestado policial. Ellos aseguran que no es cierto.