La selección española desató la pasión futbolística de 500 jóvenes seguidores residentes en Bakú, que poblaron las gradas del estadio Tofik Bakhramov, en un auténtico choque cultural unido por la admiración que genera la campeona de Europa, en la que Vicente Del Bosque piensa dar descanso a Xavi.El fútbol es gratuito y los más pequeños alimentan su pasión acudiendo a su estadio cada jornada. Para ver a España tienen que pagar y las entradas ya están agotadas por ese sector de la sociedad que sí vive en el paraíso.El entrenamiento previo era el día de los más pequeños. De niños y jóvenes que no tienen dinero para pagar por ver fútbol, pero que estaban como locos por ver de cerca a sus ídolos, aunque fuese saltándose un estricto control policial. Un solo gesto de amenaza de un policía atemoriza a los azerbaiyanos. La esperanza de tocar a su jugador admirado, de lograr un autógrafo, terminó creando caos en el fin de la sesión y para que el autobús abandonase el recinto.España se entrenó bajo gran expectación, en un estadio vetusto pero con un césped en buenas condiciones. Piqué y David Silva corrieron con el grupo, antes de trabajar más intensamente en solitario cuando el resto de sus compañeros se disponían a disputar el partido a mitad de campo. Del Bosque mostró el equipo que tiene en mente para el amistoso en Bakú. Con peto jugó de medio campo hacia adelante los que se perfilan titulares: Xabi Alonso, Cesc, Santi Cazorla, Albert Riera, David Villa y Fernando Torres.El equipo lo completaban Sergio Ramos, Albiol y Capdevila. El andaluz arrastra molestias en el pubis pero se entrenó al máximo y aunque Del Bosque lo descartó en un principio puede tener minutos. Tiene más opciones Alvaro Arbeloa y Carlos Marchena que formarían el once junto a Iker Casillas.