Los iraníes votan en unas elecciones muy reñidas que enfrentan al presidente de la línea dura Mahmud Ahmadineyad con un ex primer ministro que critica enérgicamente su gestión económica y quiere distensión con Occidente.Cuatro candidatos se presentan a los comicios, pero el principal rival de Ahmadineyad parece ser el moderado Mirhosein Musavi, cuyos seguidores han salido a las calles por miles en la capital Teherán para demostrar su respaldo.El resultado electoral podría ayudar a sentar las bases para las relaciones de Irán con Occidente, que está preocupado por las ambiciones nucleares de Teherán. Una victoria de Musavi podría incrementar las perspectivas de inversión occidental en el país, según analistas.Pero para los iraníes se trata de una oportunidad de juzgar los cuatro años en el cargo de Ahmadineyad, en particular su gestión de la economía exportadora de petróleo de la República Islámica, que sufre una alta inflación y desempleo.