Este sábado, el féretro del agente Eduardo Antonio Puelles ha salido de la iglesia de San José en Bilbao acompañado por cientos de aplausos y lágrimas. El último adiós que ha recibido el inspector ha sido una rosa y un beso de su mujer, que visiblemente afectada, ha recibido el calor de los Príncipes de Asturias, presentes durante el funeral junto a otras autoridades.