No es la nueva Venecia, aunque por el nivel del agua y el medio de transporte pueda parecerlo. Estamos en Austria, a 150 kilómetros de Viena, donde lleva días sin parar de llover. Y lo hace tan rápido que en tan solo media hora conseguía inundar numerosas casas. Decenas de ellas han quedado anegadas, incluso algunas sumergidas. Trabajo para unos bomberos que no han parado de desalojar a los afectados, o ayudarles a sacar lo que se pueda Eso en las viviendas a las que han podido llegar. Por la zona pasan dos grandes ríos cuya crecida ha obligado al cierre de muchas carreteras. Dicen que ya ha pasado lo peor y, lo mejor, sin víctimas. Incluso hay quien disfruta de una situación que no es segura. Para evitarlo, los sacos ejercerán como barreras de contención. Y el ejército pondrá a trabajar a los diez mil soldados que mantiene en alerta.