Tras el paso del tornado por Javea todo era devastación. El vendaval levantó parte del techo y algunas placas metálicas impactaron contra los clientes que estaban cenando en las mesas. El dueño del restaurante temió por sus vidas. La cristalera de la terraza quedó hecha trizas, el cartel del restaurante se descolgó. El tornado siguió provocando destrucción hasta que se perdió en el mar. En su trayecto volcó contenedores, hamacas y sombrillas de la playa que volaron por los aires. Por suerte todo quedó en un susto.