Ensayo general en la tacita de Plata. Es la magia del cine. A punto de rodar los San Fermines en Cadiz. El recorrido acotado como si estuvieran en Pamplona, los mozos preparados para correr y los toros prevenidos esperando el grito de acción.De repente, uno de los astados, con ganas de protagonismo, decide empezar su actuación antes de tiempo. Embiste una y otra vez la vaya que limita la zona de seguridad hasta que consigue derribarla, tras de él escapan otros seis astados que corren libres por el centro de Cadiz. En la carrera sorprendetemente los toros no hieren a nadie. Sólo una joven tiene que ser atendida por el Samur después de que un astado la empujara. Los animales llegan hasta un parking situado entre el castillo de Santa catalina y el parador y allí por fín pueden encerrarles. Una vez controlados se baraja la posibilidad de dispararles dardos tranquilizantes pero se deshecha porque dificultaría el traslado, cada animal más de 500 kilos. La productora de la película y el Ayuntamiento de Cadiz han decidido aplazar el rodaje que empezaba mañana. No comenzará hasta que no haya garantías de total seguridad. Los toros son mansos y habían estado ensayando para que se acostumbraran a la presencia de vehículos porque tenían que grabar una persución con moto, pero alguien se olvidó de una máxima cuando se trabaja con animales: que son imprevisibles.